Seroma, ¿qué es y cómo se trata?

Un seroma es una complicación que suele derivar tras una cirugía de abdomen, pecho o cuello o tras producirse una lesión. Aunque es algo que pasa habitualmente, es normal que como paciente estés preocupado y quieras saber todo sobre ello. Por eso, desde Pilar de Frutos te traemos este artículo donde explicamos qué es exactamente un seroma, sus causas y tratamiento. 

¿Qué es un seroma?

Se trata de la acumulación anormal de fluidos y líquidos debajo de la piel y que se origina cerca de la cicatriz quirúrgica. Su aspecto es parecido al suero, de un color transparente o amarillo pálido y, aunque no tenga células u otras sustancias, sí puede contener algún resto de sangre, pero no hay que preocuparse por ello.

Su aparición se da después de una cesárea o una cirugía plástica (cirugía de mamas, liposucción o abdominoplastia) como consecuencia de un gran despegamiento de tejidos y piel.

Aunque no es peligroso, es cierto que hay que vigilarlo y tratarlo, ya que puede afectar negativamente a los resultados de cualquier operación. Una vez se detecte, hay que diagnosticar cuanto antes y eliminarlo.

¿Cuáles son los principales síntomas del seroma?

Cabe destacar que no se trata de una infección, sino de la acumulación de fluidos y líquidos que no presentan bacterias, así que su tratamiento no se soluciona con antibióticos. Pero si no se trata bien, sí que puede llegar a producirse una sobreinfección y proliferar bacterias.

Entre sus principales síntomas nos encontramos los siguientes:

• Salida de líquido de color amarillo claro o transparente.
• Hinchazón cerca de la cicatriz y piel rojiza y caliente.
• Elevación de la piel.
• Dolor en la zona de la cicatriz.
• Fiebre leve.
• Color marrón o rojo en caso de que el seroma se haya mezclado con sangre.

Si tienes alguno de estos síntomas, lo mejor es que te pongas en contacto con tu médico para que te dé una solución cuanto antes.

Causas del seroma

Como comentábamos al principio, esta acumulación de fluidos y líquidos se produce a raíz de una cirugía donde se realiza una gran disección de tejido. La hipodermis (capa más profunda de la piel) y el tejido muscular sufren un despegamiento. Lo que provoca esto es una cavidad donde el líquido se acumula y los vasos sanguíneos y linfáticos pueden quedar dañados. Al quedar perjudicados, es imposible que el líquido se reabsorba.

Las causas más comunes son:

• Grandes cirugías, por ejemplo, remoción de la mama si se trata de un cáncer.
• Cesáreas.
• Cirugías donde hay lesiones en distintos tejidos.
• Personas que han sufrido algún seroma con anterioridad.
• Casos donde sea necesario el drenaje después de la cirugía.

Si tienes un seroma, se recomienda evitar realizar ejercicio intenso.

Diagnóstico del seroma

El diagnóstico, por norma general, se hace en el posoperatorio. A veces, con la simple observación y exploración del paciente es suficiente. Otras, en cambio, se necesita de una ecografía, una técnica que muestra si hay líquido acumulado en alguna parte del cuerpo.

Cuándo aparece

En la primera o segunda semana durante el posoperatorio, ya que hay acumulación de fluidos entre el espacio vacío y las capas de la piel. En caso de no tratarse, puede llegar a convertirse en un seroma encapsulado, es decir, tejido fibroso que se endurece.

Cuánto dura

Depende de cómo sea. Un seroma pequeño entre 2 y 3 semanas. Si es un seroma grande puede llegar a desaparecer unos cuantos meses.

Tratamiento del seroma

El tratamiento dependerá del tipo de seroma que exista, es decir, de la cantidad de líquido acumulado y también del dolor que le produzca al paciente. Si se trata de un caso leve, el líquido será reabsorbido por el cuerpo.

En caso de ser más grave, será necesaria la remoción de los fluidos con una jeringa a través de un drenaje quirúrgico (un tubo pequeño que conecta con la piel para sacar el líquido). Este drenaje hay que hacerse varias veces hasta que no haya líquido y así evitar que vuelva a acumularse. Tampoco se descarta una nueva cirugía, sobre todo si ha habido alguna complicación en la cicatriz.

¿Cómo prevenir un seroma?

Para prevenir un seroma se recomienda colocar vendajes compresivos en la zona de la cicatriz y evitar la actividad física durante el posoperatorio para una recuperación más rápida y eficaz.

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